Falta de calcio: Causas, síntomas, tratamiento y cómo prevenirla

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Falta de calcio: Causas, síntomas, tratamiento y cómo prevenirla
Falta de calcio: Causas, síntomas, tratamiento y cómo prevenirla

A veces el cuerpo nos va avisando de que algo falla, pero entre el ritmo del día a día y que solemos tirar “pa’lante”, ni nos enteramos. El calcio es uno de esos minerales de los que no solemos hablar mucho, pero cuando baja… se nota. Y no solo en los huesos, como piensa mucha gente. También en la energía, en los músculos, en el ánimo e incluso en el sueño.

Vamos a explicarlo todo con calma, sin complicarnos la vida ni más tecnicismos de los necesarios.

¿Qué es la falta de calcio?

La falta de calcio —o hipocalcemia, si nos ponemos técnicos— ocurre cuando los niveles de este mineral están por debajo de lo normal. (lógico, ¿no?)

El calcio es fundamental para mantener unos huesos fuertes, sí, pero también participa en la contracción muscular, el funcionamiento nervioso, la coagulación de la sangre y hasta en la liberación de hormonas. Es un mineral multitarea, vaya. Por eso, cuando empieza a escasear, el cuerpo lo nota por todas partes.

¿Por qué tienes falta de calcio?

Pues puede deberse a varias cosas y no siempre son tan obvias como para darnos cuenta rápidamente.

Por ejemplo, tu cuerpo no absorbe correctamente el calcio. Comes el que necesitas, pero no es capaz de asimilarlo. Así que, igual que entra, se va.

Una de las razones más comunes, sin ninguna duda, es una alimentación baja en lácteos o en alimentos ricos en calcio. Aunque aquí también influye la vitamina D, que es la que ayuda a absorber el calcio. Es decir, si te falta vitamina D, también te faltará calcio (no es 100% así, pero para que entiendas que van de la mano).  Sobre todo en invierno, en el que estamos menos expuestos al sol y la vitamina D brilla por su ausencia, podemos tener más problemas para absorber el calcio correctamente.

El estrés prolongado, ciertos medicamentos, problemas gastrointestinales y los cambios hormonales también pueden afectar a la absorción del calcio. Las mujeres, por ejemplo, tienden a tener más riesgo en etapas como la menopausia.

Vaya, que no siempre es “no comes suficiente calcio”.

Síntomas de la falta de calcio

¿Cómo saber que tienes el calcio bajo? Analiza tu cuerpo y ante cualquier señal de alarma, acude a tu médico. Aquí algunos síntomas asociados a la hipocalcemia:

  • Calambres o espasmos musculares
  • Hormigueo en manos, labios o pies
  • Uñas quebradizas
  • Fatiga
  • Debilidad muscular
  • Encías inflamadas o sangrado al cepillarte
  • Dificultad para concentrarte
  • Latidos del corazón más rápidos o irregulares

No hace falta tenerlos todos para sospechar que algo pasa. A veces con dos o tres ya te das cuenta de que tu cuerpo está pidiendo ayuda.

Lo mejor es que si notas cualquier cosa fuera de lo común en tu cuerpo, acudas a tu médico. Un buen estudio y diagnóstico son la base para cualquier tratamiento y actuación.

Tratamiento de la hipocalcemia

La buena noticia es que la falta de calcio tiene solución, y normalmente es bastante “sencilla”.

  • Lo primero es revisar la alimentación: Incorpora alimentos ricos en calcio. Y no hablamos solo de leche y yogures; también hay opciones como almendras, sardinas, tofu, brócoli, kale o semillas de sésamo.
  • Asegúrate de que la vitamina D esté en niveles adecuados. Sin vitamina D, el calcio entra… pero no se queda.
  • ¡Usa suplementos! En casos más severos, tu médico o nutricionista puede recomendarte incluir suplementos de calcio para suplir esa carencia. Muchos incluyen también vitamina D, para hacer el pack completo.

Lo importante es no “automedicarse” sin orientación. Aunque hablemos de suplementación natural, no es necesario usarla si no tenemos una carencia real (y una recomendación por parte de un profesional sanitario). A veces, con cambios en tu rutina puede ser suficiente.

¿Cómo prevenir la falta de calcio?

Creo que aquí viene lo que la mayoría ya sabemos: Cuida tu alimentación. Una dieta equilibrada en la que el calcio esté presente de forma natural es tu mejor aliado.

Tómate un yogur con semillas, añade almendras a la ensalada, cocina más verduras verdes o incluye pescado azul una o dos veces por semana… Son cambios pequeñitos, pero que se notan.

Por otro lado, no podemos olvidar al compañero del calcio. Consigue tu dosis de vitamina D con un paseíto al sol por el parque. Quince minutos de exposición solar pueden ser suficiente para equilibrar tus niveles de vitamina D (y además sientan fenomenal).

Por otro lado, intenta que el estrés no te atropelle. El estrés crónico dificulta la absorción de muchos nutrientes y el calcio no iba a ser menos. Sí, que fácil es decir “no te estreses”… pero prioriza cualquier cosa que te dé paz —un paseo, una charla, un rato de silencio.

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Alex Sempere

Dietista-nutricionista colaborador con Knoweats, especializado en nutrición aplicada al deporte y a la vida cotidiana. Su trayectoria combina formación académica y experiencia práctica en planificación alimentaria, educación nutricional y promoción de hábitos saludables. Dentro de Knoweats, desarrolla propuestas de alimentación adaptadas a los nuevos estilos de vida, siempre basadas en la evidencia científica y orientadas a mejorar el bienestar diario a través del consumo responsable y equilibrado.

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