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La serrapeptasa en el tratamiento de las enfermedades respiratorias
Publicado el 22/02/2018
La tos es un mecanismo de defensa de nuestro organismo, cuya finalidad es expulsar de las vías respiratorias las partículas nocivas y el exceso de secreciones que se hayan acumulado en su interior. De esta forma se evita que estas particulas lleguen a lesionar los pulmones o que la acumulación de secreciones dificulte el paso del aire por las vías respiratorias. Por tanto, es un síntoma general de las afecciones del aparato respiratorio, y se presenta tanto en un proceso leve como un resfriado, como en uno serio como una neumonía.
La tos de duración limitada se relaciona con el resfriado, la gripe o la bronquitis aguda, mientras que la de tipo crónico generalmente es señal de un padecimiento subyacente, como asma, una alergia, bronquitis crónica... Una tos crónica también es consecuencia inevitable del tabaco.
Se habla de tos blanda o productiva, cuando el golpe de tos va seguido de la eliminación más o menos fácil de expectoración, ya que es provocado por la acumulación de un exceso de mucosidad espesa en las vías respiratorias. Este tipo de tos empeora, sobre todo, por la mañana. Es la que ocurre, por ejemplo, en la bronquitis.
La tos seca o irritativa, es la que no se acompaña de expectoración; suele consistir en un picor irritante en la garganta que provoca tos. La continua necesidad de toser y la tos persistente pueden dejar agotado, provocar dolor en los costados e irritar todavía más las vías respiratorias. Aparece en las afecciones víricas agudas, en alergias, asma…
Procesos infecciosos respiratorios frecuentes
Al llegar los meses fríos del año aumentan las infecciones respiratorias, sobre todo víricas, como el catarro o resfriado común y la gripe.
Esto ocurre porque el frío modifica las condiciones circulatorias de la mucosa nasal, disminuyendo el flujo sanguíneo a la zona y la cantidad de nutrientes y de células que se aportan. Esto incluye a los leucocitos. Al empeorar nuestras medidas defensivas, los microorganismos tienen más facilidad para invadirnos. Aunque el factor que más influye es el hecho de que, en otoño y en invierno, tendemos a reunirnos en lugares cerrados, menos ventilados y durante más tiempo: bares, locales, cines…
Catarro, gripe y otras infecciones respiratorias que cursan con tos
El catarro, o resfriado común, es un proceso benigno y autolimitado, causado por un número elevado de virus, siendo el rinovirus el más frecuente. Los síntomas habituales son: rinorrea (mocos) sobre todo líquida, estornudos, congestión nasal, dolor o molestias leves de garganta y tos. No suele cursar con fiebre, tan solo alguna décima. Los catarros permiten seguir con la rutina habitual.
La gripe también es benigna y autolimitada. Pero en los ancianos, inmunodeprimidos y personas con enfermedades cardiorrespiratorias graves, puede acarrear complicaciones. El virus que lo produce es el virus Influenza de los serotipos A, B o C. La afectación del estado general es mayor que en el catarro. Hay fiebre, que puede llegar a ser muy alta, incluso 39 o 40 grados centígrados, dolores articulares y musculares generalizados (artralgias y mialgias), tos, cefalea, pérdida del apetito (anorexia), dolor de garganta, congestión nasal…
Otros procesos infecciosos respiratorios son la rinitis, sinusitis, faringitis, laringitis, bronquitis… Estos cuadros, aunque son distintos unos de otros, tienen síntomas en común; cursan con tos, aumento de la mucosidad nasal o bronquial, dificultad para respirar con normalidad, congestión nasal, dificultad para expectorar, fiebre…
No hay un tratamiento efectivo o curativo de estos virus. El resfriado y la gripe son procesos que se van a resolver solos. Lo que sí podemos hacer es tratar los síntomas para minimizarlos y que el proceso sea más llevadero.
Recomendaremos antitusivos, expectorantes y mucolíticos, para mejorar la tos y eliminar la mucosidad más fácilmente; analgésicos para mitigar los dolores (de cabeza, musculares, articulares, de garganta…); antiinflamatorios, para disminuir la inflamación de las vías respiratorias; antitérmicos, para bajar la temperatura corporal; antisépticos, para luchar contra los patógenos…
La serrapeptasa como aliado en el tratamiento de la tos
La serrapeptasa es una enzima proteolítica de uso habitual en Japón y en algunos países europeos. Originalmente se extraía de los gusanos de seda pero actualmente se obtiene por un proceso de fermentación con bacterias de la especie Serratia.
Esta enzima tiene la propiedad de fluidificar el moco nasal y bronquial y disminuir su viscosidad y, también, de impedir la formación del biofilm de las bacterias. Por lo que se impide que las bacterias se agrupen entre ellas y se adhieran a la superficie a invadir (mucosa nasal, bronquial, faríngea…) y facilita la acción del tratamiento antibiótico, dificultando la infección respiratoria. Además, la serrapeptasa es capaz de disminuir la acumulación de secreción bronquial y nasal y los síntomas asociados a este exceso de moco. En análisis comparativos entre distintas proteasas, la serrapeptasa es la más potente en la inhibición del biofilm bacteriano.
También presenta actividad antiinflamatoria y analgésica, a nivel de mucosas (faríngea, sinusal, bronquial…), articular, heridas….
Que la serrapeptasa es una enzima conocida y usada desde hace muchos años queda confirmado al comprobar que hay publicaciones en revistas científicas, sobre sus efectos en el moco y el esputo, ya en los años 80. Como el estudio que evaluaba el efecto de la serrapeptasa en la elasticidad y viscosidad del moco nasal en pacientes adultos con sinusitis crónica. Publicaciones más recientes, como la de 2003 en la revista científica Respirology, demuestra la fluidificación del moco en pacientes con patología respiratoria crónica, al disminuir el número de neutrófilos y alterar la viscoelasticidad del esputo.
- Publicado en
- Sistema Respiratorio
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