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Plantas medicinales para combatir las náuseas

Publicado el 29/07/2014

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Las náuseas aparecen con frecuencia: los estudiantes las suelen manifestar cuando están pendientes de la corrección de un trabajo o ante un examen importante; las mujeres las suelen presentar durante el embarazo; los artistas, científicos y otros profesionales las padecen ante el miedo escénico. Se manifiestan ante diversos miedos, ante un viaje prolongado en autobús, un vuelo o un viaje en barco. Las náuseas se pueden producir por emoción y nerviosismo, malestar estomacal/infecciones gastrointestianles, debido al mareo por un viaje en coche o en barco (cinetosis), migraña, intolerancias alimentarias, ciertos medicamentos, como efecto secundario de la anestesia y la quimioterapia, o por el embarazo.

 

Se podría decir que el origen de las náuseas está en la cabeza. En nuestro tronco encefálico hay "un centro del vómito" que está en comunicación constante con el cerebelo, el tracto gastrointestinal y los órganos del equilibrio. La información se recibe a través del sentido del olfato, la sangre, e incluso a través de la psique. Si la sensación de náuseas de acrecienta, se manifiesta de una manera física y se dispara el reflejo del vómito, que es algo positivo. Este reflejo vegetativo de protección del organismo está destinado a eliminar sustancias indeseables, nocivas e incluso tóxicas. El malestar estomacal consecuencia de una comida difícil de digerir, en exceso o en mal estado se alivia inmediatamente.

 

Las náuseas menos tolerables son aquellas en las que no se producen vómitos, como suele ser en el caso de viajes o del embarazo.

 

Cuando hay que acudir inmediatamente al médico.

Las náuseas y los vómitos también pueden ser signos de enfermedad grave. En estos casos se debe acudir al médico, si por ejemplo las náuseas se producen acompañadas de los siguientes síntomas:

 

  • Dolor torácico agudo.
  • Dolor ocular/visión borrosa.
  • Dolor severo de estómago o de cabeza.
  • Signos serios de mareo o desmayo.

 

Si las náuseas aparecen después de una caída, el vómito es muy enérgico, como un chorro, bilioso o incluso es un vómito con sangre o sangre coagulada (oscura), se debe acudir rápidamente a un consultorio médico. Estos síntomas pueden ser signos de apendicitis, de inflamación pancreática o de meningitis, una conmoción cerebral u otras enfermedades graves. Incluso en caso de infartos cardíacos, estos pueden ser los primeros síntomas.

 

En general: si la náusea persiste por más de tres días o no mejora después de vomitar, se debe consultar a un médico.

 

La prevención.

Generalmente el tratamiento médico que se prescribe en caso de náuseas son agentes que inhiben el centro del vómito. Son eficaces, pero con frecuencia producen un efecto de cansancio. En muchos casos las náuseas también pueden tratarse con métodos suaves, incluso de forma preventiva.

 

A continuación presentamos una gama fitoterapeútica que va desde la alcachofa al limón.

 

Pero no todas las náuseas se pueden tratar con fitoterapia de igual manera. A veces el jengibre fresco puede ser efectivo y en otros casos la solución puede ser simplemente una infusión de manzanilla.

 

  • Anís, hinojo, alcaravea.

El anís (Pimpinella anisum), el hinojo (Foeniculum vulgare) y la alcaravea (Carum carvi) petenecen a la misma familia de plantas. Las semillas de la umbelíferas tienen un efecto antibacteriano, anticonvulsionante y alivian las náuseas, por ejemplo, en caso de intolerancias alimentarias.

 

El sabor dulce hace que la infusión de anís sea popular entre los niños. La alcaravea resulta agria para muchos adultos; por este motivo las tres plantas se suelen presentar combinadas.

 

En importante tener en cuenta que no deben dar exclusivamente infusiones de anís e hinojo, no se deben beber cada día ni tampoco se debe dar diariamente a los bebés. Es mejor ir combinándolo frecuentemente.

 

  • Aroma fresco: albahaca y lavanda.

Masticar dos o tres hojas de albahaca fresca (Ocinum basilicum) ha demostrado su eficacia sobre las náuseas de varios tipos. La hierba aromática calma el estómago, las náuseas y aclara la mente.

 

La lavanda (Lavandula officinalis), como infusión, o en forma de unas gotas de aceite esencial para inhalar, puede ser útil para náuseas, mareos y problemas de circulación.

 

  • La alcachofera, una ayuda para el hígado y el estómago.

Si el estómago se resiente porque se han consumido comidas ricas en grasas, o se ha comido demasiado o algo que no estaba fresco, la alcachofera (Cynara scolymus) ayuda a promover la excreción y secreción de la bilis. Es también de ayuda en la náusea crónica debido a un mal funcionamiento de la función hepatobiliar.

 

Los preparados a partir de hoja de alcachofera contienen sustancias amargas con un efecto antiespasmódico y regenerador hepático, reduciendo así las náuseas. También es de ayuda tomar alcachofas frescas, hervidas o cocinadas al vapor.

 

  • El jengibre, realmente bueno.

El jengibre (Zingiber officinale), fresco, como infusión, como preparado de la herboristería y dietética, o incluso los dulces de jenbibre... son un buen remedio para las náuseas. No sólo alivia el estómago; la raíz tiene una serie de ingredientes altamente activos que combaten las náuseas desde su origen. Recientes investigaciones de científicos de Heidelberg han demostrado que el jengibre inhibe ciertos mensajeros del centro del vómito (actúan inhibiendo las náuseas, como los productos sintéticos). Así, el centro del vómito no se activa y la náusea no se manifiesta.

 

De acuerdo con el estudio realizado por Beate Niesler y sus colegas y publicado en la revista Neurogastroenterología y Motilidad, el jengibre puede ser eficaz incluso en náuseas provocadas por la quimioterapia. También es útil en afecciones que se dan como consecuencia de la toma de ciertos medicamentos.

 

En el caso de las afecciones causadas por el movimiento (cinetosis), la raíz picante ha demostrado su efectividad desde hace mucho tiempo. Incluso los marineros la utilizan porque conocen sus buenas propiedades.

 

  • La menta universal.

La menta (Menta piperita) es tan eficaz como los medicamentos sintéticos convencionales para el dolor de cabeza, y muy efectiva contra las náuseas, las ganas de vomitar y los vómitos agudos.

 

La menta tiene un efecto antiespasmódico sobre la musculatura del tracto gastrointestinal y estimula la producción de jugos gástricos y de bilis. El aceite esencial de menta es antibacteriano y antiviral, por lo que tambíen puede ser útil en infecciones gastrointestinales leves. Ante el malestar, el aroma de la menta también es refrescante y estimula el apetito.

 

Muy útil contra el mareo del viajero, se aconsejan tres gotas de aceite esencial de menta en un poco de agua, tomada a sorbos, entre 30 minutos y una hora antes de viajar. Es eficaz incluso para los viajes aéreos. En caso de malestar estomacal crónico, una mezcla de infusión de hojas de menta y flores de manzanilla es mejor tolerada que la infusión de menta pura.

 

Esto también se aplica a los síntomas del embarazo. Aunque la infusión de menta funciona muy bien para las náuseas y los vómitos matinales, debe utilizarse con precaución durante el embarazo. Las mujeres embarazadas deben evitar el aceite esencial por completo, ya que podría estimular prematuramente el utero.

 

  • Melisa y verbena: una fragante ayuda.

La aromática y balsámica melisa (Melissa officinalis) es una buena elección para combatir las náuseas y el malestar general. Al igual que el hinojo, la infusión de melisa evita las náuseas, el dolor de estómago, la hinchazón y calma los espasmos. La melisa puede calmar también las náuseas, los vómitos y los problemas estomacales que se dan como consecuencia del estrés.

 

Una infusión de melisa y verbena (Verbena officinalis) resulta especialmente eficaz contra las náuseas al comienzo del embarazo, así como las que se producen a consecuencia de las intolerancias alimentarias.

 

  • El limón, el provecho ácido.

Siempre es muy conveniente ternelo a mano. Chupar una rodaja de limón puede acabar con las náuseas. La fruta debe ser por supuesto natural y cultivada orgánicamente. En casos leves, a menudo es suficiente sólo con olerlo al inicio de las náuseas o la sensación de vómito.

 

Una alimentación adecuada.

En caso de náuseas y vómitos agudos, se recomienda durante un mínimo de un día no comer nada, beber infusiones o té (de hierbas), o ingerir pan tostado, biscotes o sopa de harina de avena. Se debe asegurar una ingesta adecuada de líquidos, especialmente si se produce vómito. Si se siente mejoría se pueden incorporar lentamente a la dieta alimentos de fácil digestión como pan blanco, sopas ligeras, caldos y verduras hervidas o al vapor.

 

Se deben evitar durante un tiempo prudente el alcohol, la cafeína, las comidas crudas y pesadas por su alto contenido en grasa, y las especias picantes.

 

Fuente: Revista Noticias de Salud (Verano 2014).

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