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La centella asiática: cicatrizante y antiulcerosa

Publicado el 27/11/2014

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La Centella Asiática (Hydrocotyle asiatica), conocida también como gotu kola, es una planta que crece prácticamente en todo el mundo, sobretodo en las zonas húmedas y pantanosas.

 

En la medicina ayurvédica la centella asiática se ha utilizado, sola o en combinación con otras plantas, en el tratamientos de enfermedades del sistema nervioso, gastrointestinal y de la piel. Se empleaba en casos de epilepsia, cálculos renales, asma, diarrea, cólera, sarampión, lepra, ictericia, hepatitis, reumatismos, uretritis, viruelas y en toda enfermedad o trastorno que haya requerido una acción antipirética, analgésica o antiinflamatoria. A nivel tópico se utilizaba en forma de cataplasmas para el tratamiento de contusiones, fracturas cerradas, esguinces y forunculosis.

 

Muchas de estas aplicaciones tradicionales han sido avaladas científicamente, así como la efectividad de sus principios activos, presentes en todas las partes de la planta, desde las hojas hasta las raíces.

 

Cicatrizante y antiulcerosa

En ensayos clínicos, se ha observado que la centella asiática tiene una acción cicatrizante al favorecer la producción de colágeno y la formación de nuevo tejido epitelial sano y resistente, tanto si se aplica localmente, como si se toma por vía oral. Su extracto se utiliza con éxito en el tratamiento tópico de las úlceras de la piel, sobretodo de las piernas y de las quemaduras, aún cuando estén infectadas. Asimismo, previene la formación de queloides y cicatrices hipertróficas. Tomado por vía oral, el extracto de esta planta es efectivo en la mejora de los síntomas y, en muchos casos en la curación, de úlceras gastrointestinales.

 

La centella asiática también tiene aplicación en el tratamiento de la cistitis intersticial crónica, cuyos síntomas son intermitentes con periodos de menor o mayor gravedad y cursan dolor, presión y ardor en la vejiga, ganas de orinar con frecuencia y dolor durante la relación sexual. La toma de esta planta mejora la integridad del tejido conectivo y ayuda a cicatrizar también las úlceras de la vejiga.

 

A nivel circulatorio ejerce un efecto favorable en la insuficiencia venosa, reduce la permeabilidad capilar, estimula el drenaje linfático y disminuye los edemas. Igualmente contrarresta la formación de celulitis.

 

Mejora la actividad cerebral e inmunológica

Antiguamente, en la India, la centella asiática se denominaba tambien Brahmi, término que hacía referencia a su capacidad de promover el intelecto. Efectivamente, esta planta tiene una acción neuromoduladora que, combinada con la estimulación de la microcirculación cerebral, mejora la función cognitiva y la capacidad de memoria. Además su acción antiestrés y antidepresiva, está directamente relacionada con un mayor rendimiento intelectual y con el alivio de síntomas de enfermedades relacionadas con alteraciones emocionales como úlceras, hipertensión, infarto de miocardio, asma, diabetes y colitis.

 

La centella asiática estimula el sistema inmunológico, aumenta la resistencia a las enfermedades y tiene una actividad anticancerígena. Se utiliza sobre todo en la prevención del cáncer de hígado.

 

Fuente: Revista Integral (nº 419)

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