Se han elegido especies de pescados pequeños a la hora de elaborar este producto por ser menos propensas a acumular metales pesados y otros agentes contaminantes, los cuales son abundantes en las especies de pescados de gran tamaño. Además de esto, durante el proceso de elaboración al que se ve sometido el aceite de pescado, se utiliza la destilación molecular, un método de separación y purificación de sustancias, que junto a los rigurosos análisis que se llevan a cabo, nos asegura un aceite de alta pureza, con una cantidad mínima o nula de grasas saturadas, de metales pesados, PCBs y otros contaminantes consiguiendo así un aceite de grado farmacéutico.
La alta concentración de EPA y DHA en el producto EPA–Omega3, hacen que este sea una fuente muy rica de estos importantes ácidos grasos y un buen suplemento de la dieta. Estos ácidos grasos esenciales han demostrado ser muy importantes para el buen funcionamiento del organismo. A veces la dieta no proporciona las cantidades adecuadas y es necesaria una suplementación.
Los ácidos eicosapentaenoico (EPA) y docosahexaenoico (DHA) son precursores de las prostaglandinas de la serie 3. Estas prostaglandinas son sustancias parecidas a las hormonas que al ensanchar los vasos sanguíneos favorecen la circulación de la sangre y bajan la tensión arterial y en consecuencia disminuyen el riesgo de infarto o de ataque al corazón.
El EPA mantiene el equilibrio entre prostaglandinas, tromboxanes y leucotrienos. Un desequilibrio entre estas sustancias puede causar reacciones alérgicas e inflamaciones.
Principales usos:
- El EPA–Omega3 ha demostrado tener efectos beneficiosos para bajar el colesterol, la presión arterial alta y para reducir los problemas cardiovasculares.
- Los ácidos grasos esenciales omega-3 se encuentran en grandes cantidades en el cerebro; ayudan en la transmisión de impulsos nerviosos y son necesarios para el normal funcionamiento del cerebro.
Tomar 1 perla dos veces al día con las comidas.
Bote de 60 perlas.