Candidiasis: prevención y tratamiento natural

Publicado el 05/10/2015

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La candidiasis vaginal es una infección provocada por la proliferación excesiva de un hongo llamado Candida albicans. La Candida albicans es un tipo común de hongo, presente de forma natural y en pequeñas cantidades en la vagina, la boca, el tubo digestivo y en la piel. Por lo general, no ocasiona enfermedad ni síntomas, pero cuando ocurre un desequilibrio, este hongo puede multiplicarse en exceso y causar infección. Cuando esto ocurre, aparecen los síntomas de la candidiasis.

 

Algunos cambios hormonales, por ejemplo los que se producen mes a mes con la menstruación, pueden afectar la acidez de la vagina y causar el crecimiento de estos hongos. Otra causa frecuente de este tipo de infección es el uso de antiobióticos. Los antibióticos utilizados para tratar otros tipos de infecciones alteran el equilibrio normal entre los microorganismos en la vagina, disminuyendo el número de bacterias protectoras, también conocidas como flora. Asimismo, el embarazo, la diabetes, tener un sistema inmune debilitado o ser obeso crea condiciones que ayudan a estos hongos a proliferar más fácilmente.

 

El síntoma más frecuente, y el más molesto de todos, es el picor y la irritación vulvar. Esta infección también causa dolor, producido por la inflamación de la vagina, lo cual genera enrojecimiento y muchas otras molestias, como escozor al orinar o incomodidad al mantener relaciones sexuales. El flujo vaginal adquiere un aspecto diferente, variando de una secreción blanca ligeramente acuosa a un flujo espeso y abundante.

 

Prevención de la candidiasis

Una correcta higiene íntima es clave para prevenir esta infección. Por ello, se deben utilizar jabones que tengan un pH apropiado para la vagina y evitar el uso de aceites de baño, jabones o desodorantes perfumados en esta zona. Además, no se debe utilizar ropa interior muy ajustada o sintética, y optar por la de algodón. Los trajes de baño mojados y la ropa de deporte sudada se deben  cambiar tan pronto como sea posible, con el fin de evitar la creación de un entorno húmedo que facilite la proliferación de este hongo. Para las relaciones sexuales, se recomienda el uso de preservativos para evitar contraer o diseminar esta infección, aunque pocas veces se transmite por vía sexual.

 

Una dieta variada y equilibrada, rica en nutrientes, incrementará las defensas del sistema inmunológico y lo fortalecerá. Se deben incluir alimentos con un contenido elevado de vitamina C, como limones, naranjas, bróculi y bayas, por ejemplo. Asimismo, se recomienda aumentar el consumo de agua, ya que ayuda a mantener niveles saludables de pH, especialmente en el área vaginal. Se debe evitar la ingesta de productos procesados, sobre todo los que llevan azúcares refinados, ya que estos hongos se alimentan de este tipo de sustancias. También se recomienda eliminar el consumo de café, tabaco y alcohol.

 

La ansiedad, el nerviosismo y el estrés reducen las defensas del organismo y favorecen el desarrollo de microorganismos causantes de infecciones. Además de darse un tiempo para descansar y relajarse, también pueden ser beneficiosos los masajes, la meditación, el yoga y practicar ejercicio de forma frecuente.

 

Tratamiento de la candidiasis

Los medicamentos utilizados con más frecuencia para tratar las infecciones vaginales por cándida son los antimicóticos, los cuales puede ser administrados por vía oral o vaginal (óvulos o cremas). Los tratamientos orales son más prácticos que los óvulos y las cremas, pero puede presentar efectos secundarios. Además, la deficiencia de ciertos nutrientes puede alterar la función inmune y contribuir a la destrucción de la flora vaginal. Por ello, la complementación nutricional puede inducir un efecto terapeutico.

 

  • Complejo de vitaminas B: Las vitaminas B son necesarias para la resistencia a las infecciones y para todos los sistemas enzimáticos.
  • Vitamina C + bioflavonoides: Aumentan la inmunidad y protegen a los tejidos del daño ocasionado por las toxinas que libera la cándida.
  • Calcio y vitamina D3: Las personas que tienen este trastorno suelen presentar deficiencia de calcio. La vitamina D3 aumenta la absorción del calcio.
  • Probióticos: Son microorganismos que de forma natural están presentes en el tracto digestivo y la vagina y pueden frenar el crecimiento de organismos potencialmente dañinos, tales como la cándida.
  • Propóleo: Es un excelente antifúngico y bactericida que actúa eficazmente contra microorganismos como Cándida albicans.
  • Coenzima Q10: Elimina las toxinas del organismo y mejora la oxigenación de los tejidos.
  • Ácidos grasos esenciales: Importantes para proteger las células de nuestro organismo frente a este tipo de hongos.
  • Ácido caprílico: Agente antifúngico que elimina la cándida.
  • Ajo: Es un excelente fungicida y germicida, que además ayuda a depurar el organismo y a fortalecer el sistema inmune.
  • Equinácea: Fortalece el sistema inmunológico para ayudar a combatir esta infección.
  • Extracto de semillas de pomelo: Las propiedades antifúngicas de este producto constituyen una de sus principales aplicaciones.
  • Quercitina: Acelera la curación y disminuye la inflamación.
  • Reishi y Champiñón del Sol: Aumentan la resistencia del huésped contra algunos agentes infecciosos como Cándida albinas, a través de la estimulación de la actividad microbicida de los macrófagos.

 

De aplicación tópica, siempre bajo la supervisión de un profesional de la salud, los aceites de árbol del té, caléndula, tomillo y orégano diluidos ayudarán a eliminar estos microorganismos.

 

Fuente: Revista Bienestar Natural (mayo 2015)

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